No todos los días pueden ser buenos. Estar en medio del tráfico, esperar largas filas o un tener un cambio repentino en la agenda, se puede volver "un poco demasiado". Es completamente normal molestarse por el retraso del transporte público, los problemas en casa o por los comentarios de los compañeros de trabajo y es que sentirte molesto es una respuesta natural de tu organismo frente al estrés que te genera el día a día.
El problema no es molestarse, sino hacerlo continuamente, ya que esto podría resultar destructivo, pues conforme pasan los días, las molestias se acumulan, el enojo sigue allí y entonces, se empieza a cocinar ese sentimiento de enfado, más grande y violento, que se conoce como ira. Reprimir continuamente la frustración puede provocar reacciones físicas y emocionales negativas, como dolor de cabeza, presión alta, ansiedad y depresión.
Si contienes la ira, ésta no desaparecerá y que en algún momento explotarás como olla de presión. A todos les puede pasar. Lo más triste es que, además de dañar la propia salud, es muy probable que la ira afecte negativamente las relaciones personales y la vida profesional. Entonces, no se trata de no sentir ira, sino de saber cómo liberarla para no estallar.
Para liberar la ira hay que aprender a canalizar ese sentimiento. Las siguientes recomendaciones te ayudarán a manejar la ira de forma constructiva.
Respira profundamente
Seguro ya lo has escuchado. Este básico no pasa de moda, porque realmente funciona. Cuando estás enojado, tu cuerpo se pone en modo de lucha o huída, por eso respiras de manera superficial, es la forma de estar preparado para lo que venga. Pero no vas a pelear ni huir. Entonces, para poder salir del calor del momento, empieza a respirar de manera más lenta y consciente. Controla tu respiración desde el vientre y no desde el pecho. Automáticamente, tu cuerpo comenzará a relajarse y te sentirás más calmado.
Recita un mantra reconfortante
Repetir una frase tranquilizadora facilita la expresión de las emociones difíciles como frustración e ira. Así que elige un mantra que te conecte con la emoción que quisieras sentir. Puede ser algo sencillo como "Tómalo con calma" o "Todo va estar bien". Pronúncialo en voz alta, en voz baja o en tu mente y libera tu enojo.
También puedes hacerlo antes de una junta importante o de una situación estresante para relajarte. Puedes crear una lista de frases en tu teléfono para que las tengas a la mano siempre que las necesites.
Intenta la visualización
Deja que tu mente te lleve a tu a lugar feliz y deslízate en él. Puedes hacerlo mientras esperas el transporte o cuando tu vuelo se retrase para sentirte más relajado. En lugar de luchar contra la tensión, empieza a dibujar en tu mente para calmar tu cerebro, imagina que iluminas algo para relajar tu cuerpo.
Piensa en un lugar real o imaginario que te haga sentir seguro y tranquilo, un viaje que disfrutaste, algún paisaje o un lugar al cual te gustaria ir de viaje algún día. Para que funcione, lo más recomendable es concertarse en los detalles sensoriales: ¿a qué huele, qué escuchas, cómo se siente el viento? Presta atención a tu respiración y disfruta de las imágenes mientras te relajas.
Mueve el cuerpo de forma consciente
A veces, obligarte a quedarte quieto puede hacerte sentir más nerviosos o incómodo. En cambio, mover conscientemente tu cuerpo ayuda a liberar la tensión de los músculos.
Así que la próxima vez que te encuentres en una situación agobiante, sal a caminar, bailar o hacer cualquier otro movimiento que te haga sentir cómodo. En realidad no tienes que estar frente a una situación estresante para hacer algún ejercicio relajante, como yoga, y liberar emociones.
Expresa tu frustración
Ya dijimos que los arrebatos de ira no le sientan bien a nadie, pero mucho menos guardarte las emociones. Es necesario expresar la frustración pero en el momento y con la persona indicada. Cuando tengas un día particularmente malo, comparte esta emoción con un amigo o familiar de confianza.
De esta forma podrás controlar la salida de tus emociones en lugar de estallar para liberarlas. Compartir tus emociones también te ayudará a tener una perspectiva diferente de la situación, así que también escucha a tu interlocutor.
Suaviza la ira con humor
Encontrar el humor en una situación acalorada permite equilibrar tus emociones. Es decir, si estas enojado y puedes reírte de algo de lo que te molesta, sentirás que no es tan malo. No significa que te rías de tus problemas, sino que consideres una perspectiva más alegre de la situación.
Esto amplía tu perspectiva y ayuda a que la ira no se dispare. Puedes intentar cambiar de escenario o imaginar cómo lo vería una persona extraña; esto servirá para que le restes importancia a aquello que te molesta y lo puedas atender mejor.
Cambia de entorno
Toma un descanso o un tiempo personal para distanciarte del entorno inmediato en el que te encuentras. Si te estresa el desorden que tienes que limpiar, sal a dar unos pasos y regresa. Seguramente será más fácil cuando vuelvas. Cambiar de entorno no significa, necesariamente, que te traslades físicamente.
También puedes tomarte unos minutos para hacer otra cosa y cambiar tu estado de ánimo; haz un dibujo, mira por la ventana o manda un mensajito agradable, para mejorar tus emociones.
Identifica qué desencadena la ira y encuentra alternativas
Si ya sabes que la ruta diaria de traslado a tu trabajo detona una bola de nieve de estrés, anticipate y planea algo diferente. Si tienes un compañero de trabajo que siempre hace ruidos o tiene manías que te molestan, no lo mires, no le prestes atención y utiliza unos audífonos.
La idea es que comprendas qué desencadena tu ira y una vez que seas consciente hagas algo para evitarlo. Si aún no sabes qué detona la ira, la próxima vez que te sientas enojado toma un momento par hacer consciente qué te molesta. Pregúntate qué hacías cuando eso ocurrió, cuáles son tus sentimientos, si había alguna persona en particular involucrada, etcétera.
Concéntrate en lo que aprecias
No sólo pienses en las desgracias de tu día, porque no te ayudará. Ya sea a corto o largo plazo, enlistar las cosas que te molestan no te hará sentir mejor. En cambio, trata de enfocarte en las cosas que salieron bien, por simples que parezcan. Pero si no puedes encontrar lo positivo en tu día, intenta pensar que las cosas podrían haber sido peor, pero no fue así. Enfócate en lo que disfrutaste y lo que te hizo sentir bien.
Busca ayuda
Ya dijimos que es normal sentirte enojado o con ira y que es necesario expresarlo de manera saludable. Pero si no te puedes sacudir el mal humor o te sientes constantemente abrumado, no te frustres más y busca ayuda. No pasa nada, a veces necesitamos un profesional para sentirnos mejor.
Así que puedes buscarme ya que cuento con experiencia en estos temas y formaciones que me hacen una psicoterapeuta calificada para ayudarte a canalizar tus fuentes de enojo.
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